como remolinos
que cambian su eje,
tus pies no cesan
de bailar
mareados quedan los ojos
después de seguir
tus pasos
que no paran de danzar
sangrantes se ven
las almas
después de verte
bailar
recuerdame entonces,
¿por qué te comencé
a mirar?
es que tu baile,
si no mata,
hipnotiza
y tus pies
-helados, libres,
llevados-
sin embargo,
no paran de bailar.
lunes, 4 de mayo de 2009
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