lunes, 9 de junio de 2008

' 76


Se despertó con la ayuda de los rayos del sol incidiendo en su cara. Entreabrió un ojo utilizando mucha fuerza y lo cerró rapidamente. Se cubrió por completo con la frazada roja hasta que Carola, su madre, le gritó que iba a llegar tarde a la facultad. Con desgano se levantó y agarró lo primero que encontró para vestirse. No se sentía bien, algo hacía que no pudiera relajarse ni concentrarse. Pensó que podía ser el sueño, entonces se tomó un café cortado y salió.

En la puerta de la facultad lo detuvieron unos segundos para revisarlo, lo cual no le llamó la atención ya que hacía varios meses se encontraba con que realizaban este procedimiento. Por suerte su padre le había dicho a principios de año que no llevara libros comprometedores con él a ningun lado.

Ese día, Mariano, un compañero que recién había conocido hace unos meses y con el cual había entablado buena relación ya que además militaban juntos, no fue a la facultad.

La ausencia de él en el taller la sintió más que nunca. Un impulso interior muy fuerte lo llevó a escribir versos en una hoja de su carpeta, dejando de prestar atención a la clase que no era justamente la que más le agradaba. En los versos explayó ideas de libertad y revolución, lo cual le daba una satisfacción inexplicable ya que a la vez que se descargaba, se afianzaba a sus pensamientos.
Al terminar la clase se fue casi último y, asegurandose de que nadie lo viera, hizo del papel un bollo y lo arrojó en el tacho de basura.

1 comentario:

Jimmy. dijo...

Sip, te suena porque es un cuadro de Jackson Pollock (L) y somos como Safo, ha escupir nena! (con espada y todo. aclaro, soy heterosexual)
lavia gor